Sergio "el Checho" Ibarra se retiró del fútbol a los cuarenta y un años siendo el Goleador Prehistórico. En total, con 277 goles. Los estadísticos dicen que 274; otros, como su suegra, 283. Monedas más, monedas menos, será difícil que alguien supere esa marca. Al menos por un buen tiempo. El suficiente como para que no lo olvidemos. Para que lo recordemos ahora que es un futbolista retirado, tuitero con miles de seguidores, figura pública y comentarista en la televisión.
Pero antes de todo esto, existió la infancia del Checho en Río Cuarto junto a su familia y amigos del barrio, su debut en Sportivo Atenas y una decisión que le cambiaría la vida: viajar al Perú. Kike La Hoz, como si se tratara de un paleontólogo intentando traer al presente a un ser mitológico, escarba en esa parte de la vida no conocida del goleador y completa, con justicia, el perfil de un hombre nuevo.