Basándose en una larga trayectoria investigadora de más de treinta años, y partiendo de las propuestas conceptuales presentadas por la sociología histórica norteamericana (Ch. Tilly, D. McAdam, S. Tarrow), Ludger Mees despliega un análisis de longue durée que arranca con la primera manifestación de una identidad vasca particularista en el siglo XVII para acabar con un análisis del complejo proceso que llevó al suicidio inducido de ETA y al posterior combate por el relato. A lo largo del libro se va cristalizando la polifacética imagen de un contencioso cuya naturaleza no admite explicaciones simplistas.