«Convertirme en viuda me lanzó a rastrear algo o alguien que yo
vislumbraba al acecho. Y se me cruzó la loca idea de que si estaba
atenta lo vería, oiría, olería, tocaría. Mis sentidos no iban a
equivocarse», dice la protagonista de este viaje iniciático al pasado.
Pero se le impone el futuro, inquietante, imprevisible, aunque
anticipado en las visiones que le permiten seguir las huellas de dos
crímenes.
Durante el velorio de su marido Julia descubre una carta que él había
pedido le entregaran poco tiempo después de haberla abandonado para irse
con una mujer de la edad de su hija. Alterada por la revelación amorosa
que nunca llegó a sus manos, Julia pasa del rencor a la culpa,
sentimiento que se repetirá cuando se produzcan las muertes en el
«círculo cultural» al que asiste desde su reencuentro con Amanda, ex
compañera de secundaria, directora de un grupo que practica las artes de
la numerología, astrología, tarot, espiritismo, lectura del aura... Para
completar su experiencia esotérica, Julia decide viajar a Islandia a
esparcir las cenizas de Jorge en el glaciar Snaefellsjökull, uno de los
centros energéticos más poderosos de la Tierra.