La imagen, como objeto historiográfico y fuente documental
de suma utilidad, parece estar constituyendo en la actualidad
un campo de investigación interdisciplinar que algunos denominan "historia de la cultura visual"; donde, sobre todo, confluyen la Historia y la Historia del Arte. Así, el estudio de la iconografía, desde una perspectiva diferente a la tradicional, otorga una especial relevancia
al contexto y el acervo ideológico-cultural en el que surge y cumple
su función. Del mismo modo, a la influencia ejercida por los hábitos y usos visuales de cada etapa histórica, decisivos en la manera de ver y entender las imágenes. El arte, pues, es una consecuencia de las instituciones sociales de su entorno, mas ello no impide que sus artífices puedan transgredir las normas estilísticas refrendadas. A partir de este prisma metodológico, el libro explora el impacto
del discurso ascético-espiritual en la producción artística de la Contrarreforma, pero desde el punto de vista de la religión.