Una novela hipnótica, costumbrista y mágica, ambientada en un entorno rural, donde lo femenino y lo masculino combaten a través del linaje de dos familias enfrentadas y emparentadas a un tiempo.
Beatriz Rodríguez plantea en El espejo de Diana las bases de un nuevo realismo mágico, ese que explora el sentido profundo del sometimiento femenino, partiendo del poder que siempre han tenido las mujeres y que la historia se ha encargado de ocultar o anular. De este modo, posiciona la narración en un nivel intermedio entre la realidad y el mito, elevando una historia rural y cotidiana hacia la trascendencia de lo simbólico.
En El espejo de Diana lo femenino y lo masculino combaten a través del linaje de dos familias enfrentadas y emparentadas al mismo tiempo. Ellas, mujeres de ciencia, parteras, trabajadoras del campo, sabias a las que llaman brujas. Ellos, pastores nómadas que acarrean un pasado maldito del cual se intentan librar sembrando el miedo y despojando a las mujeres de su poder. Y entre ambos, la lucha entre la magia y la religión, la propiedad y lo común, la tradición y la ciencia, el escapismo frente al dolor, el erotismo frente a la muerte, y, por supuesto, el amor como única esperanza.