Son pocos los cuadros en la historia de la pintura que han ejercido una atracción tan intensa y permanente como el "Guernica", obra pintada por Pablo Picasso en 1937 para el Pabellón de la República española en la Exposición Internacional de París. Tras un largo periodo en el que la obra permanece depositada en el Museum of Modern Art de Nueva York, su llegada a España en 1981 tiene una significación trascendental en el momento de la transición a la democracia. Su devolución supone el final de un largo proceso que va desde la gestación del cuadro hasta las negociaciones para su traslado a España, revistiendo una gran importancia desde el punto de vista de la recuperación de nuestro patrimonio artístico, y marca el final de la transición política y cultural tras los años de dictadura.