Con un estilo atrapante, vertiginoso y empático, Abdala nos desafía a acompañarlo en un recorrido por nuestra cotidianidad, y nos alienta a tomar distancia y mirarla con ojos más críticos.
Decir que vivimos en tiempos convulsionados es noticia de ayer. Estamos navegando sin brújula en un océano de información, expuestos a las agresiones del marketing extremista, indefensos ante un entorno que desconocemos o apenas comprendemos, aferrados al teléfono móvil como única vía de contacto con el otro.
En este escenario cambiante e incierto, Washington Abdala nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos y el vértigo en el que transcurre nuestra vida. Los relatos que orientaban nuestros vínculos en sociedad han cambiado dramáticamente, pero ¿han sido sustituidos
por otros más adecuados?
Las redes virtuales como espacio de socialización, la información que nos llega en exceso, pero no se convierte en conocimiento, la banalización de la oposición de ideas, la búsqueda de la aprobación a cualquier costo, la glorificación de la juventud, las grandes superficies como ideal del entretenimiento, son fenómenos que desfilan ante nuestros incrédulos ojos, cuestionándonos como sociedad y como individuos.