Todo cambió el día en que Yute subió a lo alto de una montaña de televisores descompuestos y cayó. De un momento a otro, en los sistemas de su gran cabeza trapezoidal se instaló un elemento incómodo: la Pregunta. Y es entonces que el robotito inventor y genio decide salir de su taller para emprender, junto con su inseparable Tocuyo —el robotito de los grandes brazos—, un incierto recorrido por las valles y montes de infinita chatarra que conforman ese mundo posapocalíptico que es el Imaquinario. Sin saber aún lo que buscan, y tampoco dónde o cuándo podrán encontrarlo, ambos robotitos se verán envueltos en curiosas aventuras y conocerán a singulares personajes sin sospechar que la Respuesta estaba mucho más cerca de lo que creían.