Desde el siglo I, Roma se convierte en el líder político, económico y cultural de Occidente durante cuatro siglos. La influencia de su obra (inspirada sin duda en la helénica) fue decisiva para toda la historia posterior y debe ser tenida en cuenta no sólo en la Historia Antigua, sino también en la medieval e incluso en el Renacimiento europeo que se nutre, como veremos, de gran parte de sus hallazgos.