En los comicios de 2017 en el Estado de México se perpetraron las mayores transas imaginables.
Fue un fraude sistémico más allá de nuestra idea de elección de Estado. Y esta compleja operación es un adelanto de lo que todo el país padecerá en 2018.
No es una simple hipótesis: en esta obra, seis exconsejeros electorales, una consejera en funciones y un extitular de la FEPADE documentan -por primera vez en la historia, a ese nivel- la montaña de irregularidades que se vivieron en el proceso electoral mexiquense. Y explican por qué el fenómeno puede repetirse el próximo 1° de julio, ahora a escala presidencial.
Ya no se trata sólo de un multimillonario desvío de recursos, sino de la plena utilización de las instituciones para perpetuar al PRI en el poder. Ya no es únicamente el robo de urnas o la compra de votos, sino la manipulación de leyes, estructuras y nombramientos. Ya no se trata, «nada más», de ganar una gubernatura a la mala, sino de perder todo un proyecto de nación merced a la impunidad y la corrupción sistemática