Una expedición en busca de un país rico en árboles de canela lleva a
Orellana y a los demás exploradores que iban bajo su mando a encontrarse
con increíbles parajes, seres nunca antes vistos y el más caudaloso de
los descubrimientos: el río Amazonas.
«La canela:oro, sí, pero astillado en aroma, el túmulo de leños que
hace siglos borraba en sus humaredas los palacios del Tíber, cuando,
para despedir a su emperatriz muerta, Nerón hizo quemar sobre las plazas
de Roma toda la cosecha que Arabia había producido en un año. Fue en las
terrazas saqueadasdel Quzco donde Gonzalo Pizarro oyó por primera vez
hablar del País de la Canela. Él tenía como todos la esperanza de que
hubiera canela en el Nuevo Mundo, y cuando pudo dio a probar a los
indios bebidas con canela, para ver si la reconocían. (...) Sé que los
indios nopudieron haberle descrito todo con exactitud, porque las
dificultades de comunicación eran muchas, pero Pizarro adivinó las
arboledas rojas de árboles leñosos y perfumados, un país entero con toda
la canela del mundo, la comarca más rica que alguien pudiera imaginar.»
Un grupo de hombres,guiados al principio por Gonzalo Pizarro y después
por Francisco de Orellana, emprende una expedición en busca de un soñado
bosque de canela. Bajo su mando, los doscientos cincuenta españoles, los
cuatro mil indios y los dos mil perros de presa, llamas y cerdos que
forman parte dela expedición encontrarán increíbles parajes, seres
nunca vistos y el más caudaloso de los descubrimientos: el río Amazonas.
Premio Rómulo Gallegos 2009, El País de la Canela es la historia de una
expedición fracasada, ejemplo perfectode la locura que se apoderó de
aquellos conquistadores del Nuevo Mundo delirantes por las promesas de
oro y opulencia.