El Primer Precepto se compone de cinco relatos que se deslizan entre el ensayo y la ficción. Tratan de narrar cómo arrostra el ser humano situaciones tales como lo excluyente del pensamiento convencional, el desbordamiento de una pasión, la magia oculta de la intra-Historia o la quimera de imaginar el proceso creativo. Finalmente, enciende -desde una mirada agnóstica- pequeñas luces que probablemente hemos pasado por alto en los hechos y en la interpretación de la parte más humana de Cristo.