El excéntrico y encantador millonario Carlos Thorton, coleccionista de antigüedades portadoras de los males que acabaron con sus difuntos dueños, va un paso más allá en la práctica del delicado arte del asesinato y subasta los objetos malditos entre aquellos que su refinado juicio considera dignos de morir. Su asistente Faltrique y la bella Susama, una chica de escrúpulos cambiantes, se vuelven sus cómplices para encontrar, ya sea en África o Sudamérica, cualquier antigualla que le ayude a satisfacer su inusual y exótico gusto por la muerte. A través de la estilizada mente de un hombre obsesionado por desentrañar los perversos misterios de sus reliquias, El subastador nos presenta a la aristocracia mexicana vista desde la extravagancia: los que derrochan fortunas en armarios con guillotina o compran estatuas de personas cristalizadas mientras beben una copa de champán.
ASESINOS HAY MUCHOS; CRIMINALES EXQUISITOS COMO EL SUBASTADOR DE EUGENIO AGUIRRE, SÓLO UNO.
ALEA IACTA EST, LA SUERTE ESTÁ ECHADA…