Esta es la descarnada y conmovedora historia del escuadrón de la muerte: un grupo de homeless que sobreviven en las calles del Centro Histórico de esta nueva Ciudad de México.
El Tonaya no perdona es una pieza de violentísima textura y lenguaje crudo que pone la mirada en la herida supurante de aquellos grupos que viven en el margen de todo: lo social, lo familiar, lo sentimental, lo humano.
«Así, ñero, vivir en las calles de esta ciudad es romperse la madre, pelarle los dientes al destino, saber que ésta es tu última pinches oportunidad de ser algo, pese a que este #ser algo# signifique pasar hambre, entrar en delirios, tirarse de cabeza, hacerse daño, morirse a cachos: deshacerse. la calle es del escuadrón y el escuadrón somos nosotros: el salva, el chaparro, el ojitos, la güera y yo».