El primer relato de vampiros conocido hasta hoy.
La noche del 16 de junio de 1816, junto al lago Leman, en Suiza, Lord Byron sugirió al matrimonio Shelley y a Polidori que cada uno escribiese una historia de terror. Aunque ni Percy Shelley ni Byron cumplieron su parte, ese desafío dio lugar a dos de las obras cumbre del género gótico y fuente de inspiración para la literatura de terror posterior: Frankenstein o el moderno Prometeo y El vampiro.
Protagonizada por Lord Ruthven, un aristocrático, sofisticado, misterioso y frío bebedor de sangre que resulta encantador para las mujeres de los círculos más selectos, esta obra funda uno de los personajes más fascinantes de la ficción literaria y fílmica, el vampiro.