Un divertido y original homenaje a Chéjov desde el punto de vista el de una mujer de los años 80 que se despierta en la Rusia del XIX.
Lucía Almandoz, una joven barcelonesa que a finales del siglo XX está atravesando una crisis personal y vive atenazada por el temor a un futuro anodino, se ve inesperadamente transportada al año 1892. Ataviada con sombrero y polisón, aparece en la finca que tiene en Melijovo (Rusia) el escritor Antón Chéjov, cuya obra conoce y admira. Esta divertida y original novela, además de ser una conmovedora historia llena de humor, constituye una magnífica introducción a la obra de Antón Chéjov.