"Las noches de guardia nos embelesábamos mirando hacia arriba, esperando siempre una lluvia de estrellas. Bonito: están bien campantes en el cielo y, de repente, empiezan a caerse acá, allá, por todo lado. Imaginar que las atrapábamos y las guardábamos en el morral resultaba divertido. Sí, las estrellas nos hacían olvidar del trajín del día y dejar a un lado pensamientos amargos".
Como muchos niños campesinos en Colombia, el anónimo protagonista de esta historia crece en medio de la guerra y la precariedad. Su tío será su mentor y su maestra, su madrina. Pero cuando el tío muere y el joven no ve cómo continuar sus estudios, toma -no sin resquemor- el único camino que le queda: unirse a un grupo guerrillero. Su mejor amigo, Julián, quien vive una situación aún más apremiante, sigue sus pasos y termina haciendo el mayor sacrificio que una amistad en la guerra puede exigir.
En Era como mi sombra el lector se internará en un relato poético, contundente y desgarrador sobre las infancias vulneradas por el conflicto armado. Pero, más importante aún, será testigo de una amistad poderosa, capaz de burlar la muerte y vencer a cualquier ejército.