Una historia infantil sobre la tradición más viva de México
En el mundo de los fieles difuntos se prepara la celebración del Día de Vivos, cuando las familias van a las tumbas a visitar a sus muertos. Pero Paco, el encargado del cementerio, no puede dormir. Es imposible para los muertos hacer los preparativos necesarios si hay un vivo merodeando por ahí. Juana tiene una idea para remediarlo.