Para quedar cautivado. La región más grande de Escocia, un tercio del país, es muy bella. Hay que imaginarse secas llanuras doradas, ondeantes colinas y viñedos color lima. Un accidentado litoral, aldeas rurales encaladas y majestuosas ciudades medievales. Y en tal escenario, un pueblo orgulloso, si bien nostálgico, que se aferra a sus tradiciones.
• Abadías fronterizas: Recorrer las nobles ruinas de estas abadías –Dryburgh es la favorita de los autores– y otros puntos de interés histórico de las Borders.
• Culzean Castle: Admirar la genial arquitectura dieciochesca de un castillo enclavado en un acantilado sobre el mar.
• Hermitage Castle: Meditar sobre la dureza de la vida en la frontera entre Inglaterra y Escocia en este desolado castillo.
• Mapas.
• Transporte.
Incluye: Peebles, Melrose, Jedburgh, Kelso, Eyemouth, Lanark y New Lanark, Ayr, Alloway, Dumfries , Kirkcudbright, Galloway Forest Park, Península de Machars, Stranraer.