Además de la escuela castellana, a la que se ha dedicado el volumen precedente, la escuela andaluza es la más floreciente durante el siglo XVII. Sevilla es una ciudad que ahora está en auge a causa del comercio con las Indias. Esto explica la abundancia de encargos y la aparición de una mayor cantidad de escultores, que extenderán su actividad también a Granada y a otras ciudades andaluzas, al igual que dejarán sentir su influjo en la otra orilla del Atlántico.