A continuación de la escultura románica, que, plena de simbolismo y alejada de todo cuanto viniera a suponer relación con la realidad, se había extendido hasta las décadas finales del siglo XII, se abre una nueva concepción de las artes plásticas, en la que el carácter fundamental es el realismo naturalista. Lentamente van desapareciendo los tipos estilizados del románico para ser sustituidos por otros directamente inspirados en la Naturaleza.