Jack está acostumbrado al peligro. En más de una ocasión, su asma ha estado a punto de robarle la vida. Sin embargo, el peligro que esconde su nueva casa le resulta totalmente desconocido: los espíritus de los muertos. Sólo Jack puede verlos. Sólo él es capaz de escucharlos. Y sólo él podrá descubrir sus secretos antes de que sea demasiado tarde.