El escritor y crítico argentino Noé Jitrik nos presenta al evaluador: el profesor Segismundo Gutiérrez, un hombre de rutinas. Todo cambió cuando el profesor recibió una carta del mismísimo presidente de la República: se le anunciaba su incorporación al flamante Centro Nacional Único de Evaluación: nunca se imaginó que formaría parte de una burocracia tan extravagante.