"El estudio de Winocur y Sánchez Vilela tiene, entre otros méritos, el haber ido más allá del horizonte pedagógico y la valoración fina de los usos tecnológicos para explorar el significado de las TIC en la preservación y actualización de la memoria familiar, la comunicación de miembros de una comunidad con los que migraron a países distantes, el acceso a recursos de salud, empleo o servicios que no se tenían. Al dar amplio espacio a las voces y los modos de hablar de actores muy diversos, surge la densidad de las experiencias y no solo las interpretaciones de los investigadores o las intenciones burocráticas de las políticas. Las complejas apropiaciones de las herramientas digitales vuelven claros la potencialidad y también los límites de lo que se puede esperar. Todo este material es valiosísimo para diseñar programas educativos, comunicacionales y de los espacios y recursos públicos con un sentido más realista que el del voluntarismo social o las utopías tecnológicas".