Novela de iniciación donde una niña de 13 años se exilia con su padre en Ginebra, Suiza, huyendo de la dictadura. Allí, en medio de una lengua extraña y personajes sorprendentes, se inicia en el amor, la amistad y el lenguaje.
«El agua de la tierra se evapora, el viento raspa las piedras, las hojas caen de los árboles, las palabras... ¿a dónde van a parar las palabras?»
Novela del exilio con reminiscencias punk, novela de soledades y lenguas entrelazadas, Ginebra explora las vetas de la memoria de una niña de 13 años que debe huir del país con su padre y aterriza en una ciudad extraña que, a pesar de lo incierto, le abre un mundo de posibilidades.
Allí conocerá a Jo Haydn, coleccionista de uñas, hija del responsable del simulacro del big bang, huérfana de madre suicida. También a Oli Dusex, con quien tendrá su primera relación sexual y lo fortuito de su pérdida. El cuarteto se completa con Amo-a-quien-me-ame, una joven drogadicta, dueña de una motocicleta rosa de vetas plateadas que la protagonista roba, desconociendo las gozosas y nostálgicas consecuencias. Estos cuatro jinetes posapocalípticos giran alrededor del lago, como agujas de un reloj sumergido, dando rienda suelta a sus deseos y miedos, apurando la vida en una ciudad con huellas de Jorge Luis Borges y gusto a chocolate, nieve y soledad.
¿Cómo se establecen los vínculos más arraigados en la adolescencia? ¿Cuánto de la lengua permite ligarnos, perdernos, equivocarnos, renacer? ¿Qué es lo propio sino la pérdida? Porque así como el exilio puede ser una condena, el encuentro con lo distinto puede convertirse en la travesía de la sorpresa.