Hubo un tiempo en que enormes naves más livianas que el aire poblaron los cielos, cubrían grandes distancias por primera vez, desde Europa a Estados Unidos y a América del Sur. Incluso llegaron a dar la vuelta al mundo.
Fueron tiempos fermentales para aquellas mentes ilustradas que desarrollaron los mecanismos necesarios para que estas máquinas pudieran ascender y conquistar el planeta.
Era la época de los dirigibles, especialmente los zepelines. La memoria le ha dado un lugar privilegiado a los recuerdos del Graf Zeppelin, que una noche de invierno y una fría mañana sobrevoló el Uruguay gobernado por el dictador Gabriel Terra; la sombra de las esvásticas hacía materiales los lazos que el presidente de facto tenía ya con Adolf Hitler, Francisco Franco y Benito Mussolini.
Otros recuerdos imborrables de la historia son los del gran Hindenburg y su terrible final envuelto por las llamas en Nueva Jersey.
Con este libro retornamos a los tiempos de la conquista del cielo, a otras épocas en que la sorpresa aún tenía cabida en la mente humana y los grandes logros se sucedían día a día.