Un novela sobre la masacre de la Concepción
Luis Cruz Martinez se convirtió en soldado con apenas dieciséis años. Se había enlistado en el ejército apenas comenzó el conflicto. Cuando las balas y la muerte le daban tregua, Luis escribía notas sobre la guerra. Había abandonado el liceo maravillado con la gloria que prometían las leyendas de Prat y la Esmeralda y la admiración de sus compatriotas sedientos de heroísmo. Pero ése era un error: no había gloria en la guerra, solo muertos.