Este texto se basa en la segunda edición de una crónica de viajes cuya curiosa historia es reflejo de los cambios y negociaciones geopolíticas que las potencias europeas del siglo XVIII realizaron sobre los territorios australes. Cuando el viaje del que habla el título comenzó (año 1763) Francia todavía podía aspirar a la colonización de los territorios malvinenses pero luego, en 1770, año de publicación de este texto, la situación política había cambiado y España había finalizado con todas las pretensiones francesas sobre el territorio de las islas.