El guión original del premiado film argentino, anotado por su autor en
un portentoso ejercicio de metaficción. Una película de cuatro horas de
duración, narrada casi exclusivamente con voz en off, fue saludada por
críticos de todo el mundo y proyectada durante más de un año en una sala
de Buenos Aires.
«Con Historias Extraordinarias, de Mariano Llinás, el cine argentino
acaba de saltar treinta años hacia el futuro. Y hay buenas noticias: ¡el
futuro no es moderno! En el futuro del cine, que esta película "enorme"
inaugura, parecen estar Perec, Kafka, el mejor Auster, la Pampa Húmeda,
Chéjov, Béla Tarr, Borges, Joyce... Llinás y sus mil amigos filman en
video y sin mesura, se desembarazan del caro, industrioso fílmico, para
tirar las tomas necesarias hasta lograr el punto más sutil, más
conmovedor, de cada matiz: sus imágenes me rondarán toda la vida, lo sé.
El león que agoniza en medio del incendio, junto al pobre burócrata que
persigue al fantasma de otro burócrata; los monolitos aterradores,
alineados a lo largo del tramposo Río Salado; el hijo de Satán que gana
las licitaciones para los monumentos públicos. Dadas dos noticias
separadas, la mente (la narración) tiende a creer que están vinculadas,
y la razón se precipita a deducciones erróneas pero más contundentes y
más extraordinarias que la vida. Gracias, Llinás, por el futuro, por tu
épica, por tu lujo. Nos hacían buena falta». Rafael Spregelburd