Incluso un país repleto de aventura como Indonesia tiene su última frontera: Papúa, la mitad de la segunda isla más grande del mundo, Nueva Guinea. Quizá sea la parte más joven de Indonesia, pero sus ricas tradiciones tribales abarcan miles de años. Aquí aún se caza con arcos y flechas, y las carreteras escasean tanto que a veces no hay más remedio que volar o navegar entre las distintas localidades. A diferencia de cualquier otro punto de Indonesia, esta provincia puede parecer un país distinto, y así es como lo querrían muchos papuanos, que son melanesios (una etnia diferente a los indonesios).
Viajar aquí es un reto, además de no ser barato. Pero quienes lo hacen quedan impresionados por el encanto de los pueblos papúes, la resistencia de sus culturas y la magnificencia de sus espectaculares paisajes terrestres y marinos.
• Realizar excursiones por pueblos con cabañas de techo de paja, cultura tribal y magníficas montañas en el Valle de Baliem.
• Practicar submarinismo y buceo con tubo en un acuario tropical en las Islas Raja Ampat.
• Recorrer la húmeda jungla para visitar a los mejores arquitectos de casas en árboles del mundo en Korowai.
Incluye: Sorong, Islas Raja Ampat, Manokwari, Jayapura, Sentani, Pulau Biak, Nabire, Valle de Baliem, Wamena, Korowai.