En Inquieta compañía, Carlos Fuentes crea una atmósfera de suspenso que nos llevará por una senda llena de demonios, ángeles y fantasmas que no se alejan tanto de lo real.
Respetando los elementos de la literatura de terror, Carlos Fuentes muestra a través de seis cuentos cautivadores la mezcla que se produce entre esta escritura llena de elementos sobrenaturales, con situaciones que sutilmente se dejan vislumbrar, y que tienen que ver con nuestro mundo actual.
Fantasmas, brujas, ángeles, vampiros. A pesar de todas las apariencias de modernidad, los seres que acostumbramos llamar imaginarios no mueren por completo, como si nuestros temores más grandes y nuestros más ardorosos deseos sólo entrasen en receso, guardados en un sótano junto a cachivaches inservibles, hasta que un accidente, una casualidad o fuerzas oscuras los convocan.
¿Es vida este breve paso, esta premura entre la cuna y la tumba? Carlos Fuentes narra en este volumen seis historias en las que esa pregunta recibe respuestas insospechadas ante los infinitos recursos de la muerte.
La crítica ha opinado:
"Inquieta compañía es un volumen para no dormir, para respirar el aire fresco de la oscuridad y ser testigos de sus imágenes hipnagógicas (...) No sé si Carlos Fuentes ha roto su propio canon o si ha inaugurado un nuevo canon literario. Lo cierto es que este libro nos devuelve a lecturas lejanas del mismo autor, perdidas en algunos de sus libros, en algunas páginas, sobre todo en Aura, Cantar de ciegos, Cambio de piel, Agua quemada o El naranjo, obras que apuntaban hacia ciertas obsesionesde su autor, compiladas bajo el rubro de 'El mal del tiempo'" -Mauricio Molina, Revista de la Universidad de México-
"Carlos Fuentes ha logrado, sirviéndose de materiales tópicos populares, construir relatos que trascienden la anécdota. No es casual que estas historias de misterio, de horror y muerte se hayan convertido en mitos universales. Fuentes los ha mexicanizado. Ha descrito de manera ejemplar y sobria paisajes de su patria y se ha servido de mecanismos elementales para convertirlos en historias cotidianas y confeccionar una literatura brillante y divertida, irracional, de amplio espectro, de gran nivel, como no podía ser menos." -Joaquín Marco, El Cultural-