Este trabajo analiza el problema de la inversión extranjera directa en México, que se considera como el flujo de capital más estable y que presenta, respecto a otras fuentes de financiamiento externo, un potencial mayor para alentar el desarrollo del país. El estudio del impacto de esta clase de inversión sobre el sector nacional de la economía constituye indudablemente un tema esencial en la formulación de políticas públicas. La transformación radical que ha experimentado México ha traído distintas y complejas consecuencias que el autor observa detenidamente para sugerir resultados que puedan contribuir a nuevas consideraciones.