Aunque lo habitual es planear la estancia en Irán en torno a los tesoros de la rica historia del país (Isfahán, Shiraz, Yazd), al sureste, el golfo Pérsico es igual de meritorio. Aquí se pueden explorar las magnéticas islas de Kish, Qeshm y Ormuz, facilísimas de combinar y muy distintas entre sí. Mientras que Kish es descaradamente glamurosa, Qeshm y Ormuz presentan una alentadora falta de desarrollo turístico y ofrecen la oportunidad de atisbar una forma de vida más tradicional, por no hablar de su amplio repertorio de maravillas geológicas.
• Absorber la esencia del lugar paseando por las animadas calles de Bandar Abbas y visitando su lonja.
• Sumergirse en el ambiente de Kong, una tradicional ciudad porturia con multitud de casas y edificios históricos.
• Explorar Harireh, una antigua y espléndida ciudad, así como sus antiguas ruinas.
Incluye: Isla de Kish, Bandar Abbas, Isla de Qeshm, Isla de Ormuz.