El oeste de Irén, una tierra de extremos salvajes y una historia aún más salvaje, es ideal para viajeros independientes en busca de aventuras. En la fecunda costa del Caspio, en las inhóspitas y montañosas fronteras del norte, o las desmoronadas ruinas en el desierto de las llanuras meridionales, la región tiene de todo: desde arrozales hasta tormentas de nieve, pasando por el auténtico Jardín del Edén.
• Visitar los Castillos de los Asesinos, una red de castillos del sigloxiien ruinas que se extiende entre valles floridos y picos nevados.
• Pasear por Masuleh, un increíble pueblo de casas apiñadas, y por los verdes bosques de Guilán.
• Explorar iglesias antiguas, castillos con muros de adobe y magníficos cañones en el sublime valle del río Aras.
Incluye: Orumiyeh, Tabriz, Jolfa, Ardabil, Soltaniyeh, Rasht, Valle de Alamut, Shushtar.