La capital más septentrional del mundo combina coloridos edificios, gente creativa y extravagante, un diseño llamativo y una animada vida nocturna. Reikiavik es sorprendentemente cosmopolita para su tamaño. No es una gran ciudad según los estándares internacionales, como Londres o París, pero rebosa de arte cautivador, exquisitas opciones culinarias y excelentes bares y cafés. También es una base genial desde la que realizar excursiones. Tras la reluciente apariencia turística, el viajero descubrirá un lugar y unos habitantes que mezclan un gran ingenio estético con un pintoresco sentimiento de comunidad en el que todo el mundo conoce a sus vecinos. Si se le añade un telón de fondo de montañas nevadas, mares agitados y un aire cristalino, lo más probable es enamorarse perdidamente de esta ciudad y regresar a casa pensando en cómo ahorrar para volver.
• Explorar el barrio histórico e ir de compras por Laugavegur.
• Descubrir la historia del país en el Museo Nacional.
• Visitar los museos, cervecerías artesanales y restaurantes del Puerto viejo.
Incluye: Puntos de interés, Actividades, Cursos, Circuitos, Dónde dormir, Dónde comer, Dónde beber y vida nocturna, Ocio, Viðey y Kópavogur.