Los antiguos santuarios, aguas termales, montañas y playas de los alrededores Tokio son el complemento perfecto a la hiperactividad de la capital nipona. Apenas a 2 h del centro de Tokio se encontrarán auténticos ryokan, cocina rural y caminos entre cedros, así como el símbolo del país: el imponente monte Fuji. Pero también historia, incluida una capital medieval y algunos de los primeros puertos que se abrieron a Occidente. Para bien o para mal, son lugares muy visitados y bien comunicados.
• Ver cómo sale el sol desde la cima del monte Fuji, el más alto y símbolo nacional de Japón.
• Empaparse de la grandeza de la antigua Edo en sus santuarios y templo.
• Ir y venir entre las playas de arena y fuentes termales de la península de Izu.
Incluye: Los Cinco Lagos del Fuji, Hakone, Península de Izu, Islas Izu, Kamakura, Yokohama, Chichibu y Oku-Tama, Nikkō y alrededores y Archipiélago de Ogasawara.