Esta obra es un estudio exhaustivo de la evolución intelectual de José Enrique Rodó (1871–1917), el gran latinoamericanista, pensador y estilista uruguayo.
Su obra más célebre, Ariel (1900), surgió con la modernización en el Río de la Plata y el continente todo, mientras crecía la inmigración y la configuración del mundo cambiaba, inexorablemente. Eran tiempos más que propicios para reflexionar sobre la identidad y el futuro de América y, tal fue la pertinencia de su trabajo, que la obra se convirtió en un emblema de la primera mitad del siglo XX hispanoamericano.
Gustavo San Román evalúa, meticulosamente, su producción intelectual y el legado de Rodó, mediante una intensa lectura, tanto de su obra édita como también del copioso material inédito que forma parte de sus formidables archivos. Examina así aspectos poco indagados del autor, como la relación entre su postura filosófica, religiosa y política.
Conmemorando los 150 años de su nacimiento, este libro se erige como un mojón indispensable para bosquejar la configuración del pensamiento de uno de los hombres más lúcidos que dio el país.