Cuando Franz Kafka conoce a Elsi, una niña que llora en el parque porque ha perdido su muñeca, Brígida, decide explicarle que Brígida se ha ido de viaje, y que él es un cartero de muñecas. Así, Elsi recibirá las cartas que Brígida le envía mientras recorre el mundo, y Kafka evita, de este modo, que la niña pierda la ilusión.