¿Tienen agencia moral los robots? ¿Pueden ser considerados responsables de sus acciones? ¿Nos reemplazarán en el trabajo? ¿Les debemos algo los seres humanos? Para abordar estas preguntas, Mark Coeckelbergh, tiene en cuenta una gran variedad de dispositivos ¿desde el robot de compañía hasta el dron de combate¿, y parte de una premisa esencial: los problemas de la robótica no atañen únicamente a las máquinas, sino que apelan a la esencia misma de los seres humanos.