Soberbia en su lucidez, Angeles Salvador es dueña de un estilo particularísimo. Si en El papel preponderante del oxígeno había sacudido con su prosa desfachatada, esta nueva novela la posiciona con seguridad entre las narradoras más virtuosas de su generación.
Como todos los veranos, Stella organiza su fiesta de cumpleaños en su casa en la playa de Punta del Este: una pista de baile sobre la arena, manjares, música y tragos, fuegos artificiales sobre el oleaje manso. Está todo dispuesto para el evento más sensual y esperado de la temporada y, en cuanto el sol cae, comienzan a llegar los invitados, una fauna de artistas, galeristas y funcionarios argentinos, la procesión de modelos y sus representantes, la prensa de espectáculos.
Todo avanza como lo planeó y las excentricidades que sembró con pericia de anfitriona exigente comienzan a florecer. Pero en el vértice de la noche algo terrible ocurre y lo que parecía una fiesta inolvidable se convierte en una pesadilla.
Ahora, desde la cárcel, Stella se lamenta, escribe sus memorias, su vida en Buenos Aires casada con un político, una trama de corrupción y venganza, recompone cada minuto, cada conversación, cada gesto y retrata a cada invitado, porque está convencida de que en algún descuido se gestó ese fracaso mortal.
Soberbia en su lucidez, Angeles Salvador es dueña de un estilo particularísimo. Si en El papel preponderante del oxígeno había sacudido con su prosa desfachatada, esta nueva novela la posiciona con seguridad entre las narradoras más virtuosas de su generación. Una historia repleta de humor e impudicia, una mirada feroz que recrea el lujo y la sordidez de una clase, y una destreza singular para tensionar los límites de lo posible.