Como resultado del desarrollo técnico de los distintos estilos de la Alta Edad Media, hacia el siglo XI aparece un nuevo estilo arquitectónico que va a imponerse definitivamente durante siglos y va a dejar una huella imborrable en la historia de la cultura europea. La arquitectura románica es la mejor muestra del esfuerzo germánico por encontrar un estilo semejante al de los antiguos más desarrollados.