Creador de Los Agachados, Mis Supermachos y más de un centenar de libros publicados, Rius, el gran monero mexicano, ocupó un lugar clave en la historia de la cultura popular.
Este demoledor libro de Rius parte de una premisa muy sencilla: si, como se ha dicho, la Biblia es un libro divino, esto es, "escrito" o al menos "dictado" por Dios omnipotente y todopoderoso, ¿cómo es posible, entonces, que contenga errores gravísimos? ¿Por qué mejor no se reconoce, como dicta la razón, que se trata de un libro humano, demasiado humano, "hermoso a ratos y lleno de poesía y mensajes morales dignos de tomar en cuenta"?
Para curarse en salud, el autor hace una advertencia muy pertinente: "Este libro mío tampoco es de origen divino, ni tuve ninguna inspiración de ningún Espíritu Santo para perpetrarlo".
Así pasa a explicar los orígenes del sagrado mamotreto, con capítulos tan elocuentes como "El mentado Diluvio", "La dizque torre de Babel", "Don Moi (sés)", "La Biblia cachonda" y otros más, igual de irreverentes.