Eleanor Roosevelt, primera dama de los Estados Unidos, escritora y activista, luchó por todo aquel que la necesitara. A ella le debemos que podamos salir del país y luego regresar, elegir dónde deseamos vivir; que todas las personas –incluyendo, por primera vez, a las mujeres— seamos iguales, pero reconociendo las diferencias entre unos y otros. Y, para que no olvidemos jamás lo verdaderamente importante, nos lo dejó por escrito en la Declaración Universal de Derechos Humanos.