En su manuscrito de 1843 sobre la crítica de la filosofía del Estado de Hegel, el joven Marx formulaba la oposición entre democracia y Estado y hablaba de una "verdadera democracia", cuyo advenimiento vendría acompañado de la desaparición del Estado político. Miguel Abensour ofrece un minucioso trabajo de interpretación que trata de captar esta democracia y de dejar atrás su alternativa, que oscilaría entre un uso moderado de la democracia y el recurso al antidemocratismo clásico. Siguiendo las tesis de Marx, pero también de Spinoza y Maquiavelo, entre otros, Abensour afirma que la verdad de la democracia se sostiene en su movimiento contra el Estado. El autor trata así también, frente a la concepción de la democracia estatal o del Estado democrático, de nombrar y redefinir una de las figuras posibles de esta oposición: la democracia insurgente, anárquica, para devolver a la sociedad civil el papel de comunidad política del que ha sido desposeída.