Es la década de 1960, y todos los teatros del West End de Londres se dirigen a Freddie Wentworth, la veterana y excéntrica propietaria de la Temple Stage School, en busca de los mejores niños actores de su escuela para producciones de todo tipo, desde obras de Shakespeare hasta musicales y representaciones navideñas, evitando deliberadamente los trabajos más rentables, como los de la televisión o el cine. De edad y origen desconocidos, Freddie es todo un enigma. Se ha convertido a sí misma en una institución gracias a la fuerza de su carácter, y ha hecho de su escuela un símbolo nacional, a pesar de que esta lleva años cayéndose a pedazos. No obstante, los tiempos cambian rápidamente y la transformación cultural de la ciudad hace que ni siquiera la titánica Freddie se vea capaz de mantener su influencia.