«El ciudadano que desarrolla dentro de él al artista que es, aun sin saberlo, puede enfrentarse mejor a las industrias de la palabra, del sonido y de la imagen. El ciudadano que se deja ritualizar en la obediencia se vuelve un ventrílocuo del pensamiento ajeno y un mimo de sus gestos.» Augusto Boal
“Actores somos todos nosotros, y ciudadano no es aquel que vive en sociedad: ¡es aquel que la transforma!”
Augusto Boal, Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro, 27 de marzo de 2009.
En La Estética del oprimido (2006), revisada y actualizada por el autor poco antes de su muerte en 2009, Boal fundamenta los principios de su célebre e influyente método –el Teatro del Oprimido– en una estética viva, que descubre en cada ciudadano a un artista y le exhorta a manifestar esa capacidad para rebelarse contra el lenguaje impuesto por los mecanismos del poder.