Una hermosa y necesaria reflexión sobre el poder de la letra impresa.
¿Para y por qué leemos? Se dirá que para llegar a ser más sabios, libres o mejores personas. Pero ¿es así realmente? ¿Queda algún resquicio que nos permita reivindicar la lectura como una característica singular del género humano, como herramienta de comprensión mutua e instrumento para afilar nuestro lenguaje y nuestra conciencia crítica? Algunos piensan que no. Esta obra busca entre los escombros argumentos para el sí, en concreto entre las ruinas del campo de concentración de Buchenwald, donde hubo una biblioteca.