Después de la Segunda Guerra Mundial, quedaron en el mundo dos grandes potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. Cada uno de estos dos países tenía su sistema político y sus áreas de influencia. Ambos disponían de armamento suficiente para eliminar al adversario en poco tiempo. Provocar una guerra hubiera significado por tanto la autodestrucción. La humanidad vivió cerca de cincuenta años pendiente de este delicado equilibrio de fuerzas. La guerra fría marcó así las relaciones internacionales hasta la desaparición de la Unión Soviética en 1991. Este libro cuenta la historia y las razones de muchas decisiones de aquellas décadas, de las que aún hoy vivimos las consecuencias.