Episodios inesperados y encuentros fortuitos activan la máquina del recuerdo. La narradora encontrará en una ciudad extranjera las claves para descifrar el enigma de la propia existencia.
«Esta primera y excepcional novela pertenece a la estirpe de la trümmer literatur, la literatura de las ruinas o los escombros, pensada y escrita desde el siglo XXI, después del desplome de los totalitarismos, la caída del Muro de Berlín y los atentados terroristas del 11 de septiembre».
Silvina Friera, Página/12
Caminar, dormir y caminar. La protagonista ha viajado hasta Heidelberg sin plan, siguiendo intuitiva - mente las huellas de una felicidad fechada en los primeros años de infancia en la ciudad. Imágenes de una caminata por el parque de la mano del padre o de la despedida organizada para él por un grupo de colegas filósofos. Caminar, dormir y caminar. Como si estas formas ambivalentes de la acción y el reposo pudieran distanciarla del trabajo del que se ausentó sin aviso, de la pareja ya rota, de esa casa que añora y de la incertidumbre sobre el rumbo de su vida. Estudiante enmascarada en una residencia universitaria, las personas con las que se cruza la confrontan con decisiones que ella obcecadamente posterga. En La habitación alemana, su potente debut literario, Carla Maliandi nos lleva hasta esa cornisa de la que pende tanto el abismo como el salto vital.
La crítica dijo:
«Tal vez relatos como el de Maliandi consideren una especie de independencia respecto de aquellos sucesos que siguen siendo terribles, pero lo son desde perspectivas nuevas; el horizonte se ha alejado. Quizá por eso mismo, la trama narrativa sea la de un vagabundeo, un estar en las cosas donde lo más importante se aprende de casualidad».
Beatriz Sarlo
«La novela de Maliandi aborda la categoría más amplia de las expectativas y las extrañas temporalidades que se despliegan a medida que se crean».
Asymptote (Inglaterra)
«El misterio que se esparce a lo largo de las páginas de La habitación alemana atrapa con fuerza al lector. Todo está perfectamente construido».
CulturaCréas (Francia)
«Lo destacable es que en esta novela pasa de todo y al mismo tiempo no pasa nada; está escrita en un lenguaje que, de tan simple y económico, revela lo que de extraño y a veces siniestro hay en lo así llamado normal. Estructurada en capítulos cortos, empezar a leerla es querer seguir hasta que termine, aunque el final nos devuelva al mismo desamparo del mundo infinito con que comienza».
Virginia Cosin, Revista Ñ