En La inocencia un cuarentón recuerda el incidente decisivo de su vida: la gran diatriba que lanzó contra su madre al sentirse el blanco de las burlas familiares, a los cinco años de edad. Gracias a ello el adulto vuelve a ser ese niño a fin de mejor entender a su familia y a toda la burguesía latinoamericana. Y en Gran ensayo sobre Baudelaire tenemos a otro personaje inolvidable que se halla contra las cuerdas: un escritor rencoroso y frustrado, que evoca la última conferencia de Baudelaire ante un auditorio hostil, minutos antes de su muerte. Dos novelas que desafían las coordenadas del género. Un autor que representa el mejor antídoto contra lo políticamente correcto: el máximo exponente de la «literatura acorralada».